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.Es una cana a sus padres en Granada publicada en Madridhace poco.Lorca habla de sus éxitos como conferenciante, bien reales, y de suriesgo imaginario al presenciar una cacería de caimanes y participar en ella asangre fría y a la vez enardecido.Afortunadamente Lorca no era cazador y nosexime del conteo de fieras muertas que habría hecho Hemingway.Tal vez a Lorcale entristecería saber que en esa región de Cuba, la ciénaga de Zapata, donde vioincontables cocodrilos, había circa 1960, apenas treinta años después de su relato,un encierro que era sólo una cerca baja de madera, donde dormía al sol un solocaimán inmóvil, como si estuviera disecado ya y fuera indiferente a su suerte.Unletrero al lado suplicaba al visitante;  Por favor, no tiren piedras al saurio.Lorca ve en La Habana, ¿cómo no habría de verlas?, a las que él llama mujeres más hermosas del mundo.Luego hace de la cubana local toda unapoblación y dice:  Esta isla tiene más bellezas femeninas de tipo original. yenseguida la celebración se hace explicación: .debido a las gotas de sangre negraque llevan todos los cubanos.Lorca llega a insistir:  Cuanto más negro, mejor ,que es también la opinión de Walker Evans, fotógrafo, para quien un negroelegante es la apoteosis del dandy.Finalmente Lorca hace un elogio de la tierra123 G.Cabrera Infante Vidas para leerlasnatal:  Esta isla es un paraíso.Para advertir a sus padres:  Si me pierdo que mebusquen.en Cuba.La carta termina con una hipérbole extraordinaria:  Noolvidéis que en América ser poeta es algo más que ser príncipe.Desgraciadamente no es verdad ahora, tampoco era verdad entonces.No en Cubaal menos.He conocido a poetas pobres, poetas enfermos, poetas perseguidos,poetas presos, poetas moribundos y muertos finalmente.Eran todos tratados nocomo príncipes sino como parias, como apestados, sufriendo la lepra de la letra.Tal vez la letra con sangre entra, pero con sangre sale seguro.Para Lorca LaHabana fue una fiesta y así debía ser.No hay que contaminar su poesía con mirealidad.En su visita a Buenos Aires, Borges acusó a Lorca de un crimen de lesaligereza.Lorca le dijo al joven Borges que había descubierto un personaje crucial,en el que se cifraba el destino de la humanidad entera, un salvador.¿Su nombre?¡Mickey Mouse! Es extraño que Borges, con su sentido del humor, no descubrieraque detrás de la declaración de Lorca no había más que un chiste, esas salidas deun poeta con sentido cómico de la vida.A Borges la broma se le hizo bromuro:Lorca quería asombrar, pour épater le Borges.En La Habana, por el contrario,Lorca deleitó a sus amigos habaneros, fanáticos del cine mudo, con su pieza  Elpaseo de Buster Keaton , compuesta sólo hacía dos años.Buster Keaton no es aquíun redentor que trata de volver a Belén en su segundo viaje.Pero tampoco es elsollozante Mickey Mouse, con sus ojos siempre abiertos, sus guantes de cuatrodedos y sus zapatos de ratón con botas.Mickey es insufrible, Keaton esinsuperable.El lema de esta piececita es  En América hay ruiseñores , que es otramanera de decir que los poetas pueden ser príncipes.Lorca en La Habana, al noquerer asombrar a nadie, asombró a todos.Un autor anónimo de entonces describe la estancia de Lorca en La Habanacomo  el agitado ritmo de su existencia habanera, llena de agasajos, de charlas yde homenajes y abrumada por la dulce tiranía de la amistad.Pero Lorca no estuvosolamente en La Habana.Tanto declaró Lorca en La Habana que iría a Santiago,que por poco no va nunca.Hay todavía mucha gente que duda si Lorca fue aSantiago de Cuba de veras.Esos son los que consideran la poesía como una acciónmetafórica.Hay que señalar, con un hito de carreteras, que Lorca, después devarias tentativas falsas, fue por fin a Santiago.No en un coche de aguas negras nicon la rubia cabeza de Fonseca, pero en Santiago de Cuba se hospedó en el Hotel124 G.Cabrera Infante Vidas para leerlasVenus.Lorca era el poeta del amor.Los que duden lean su  Casada infiel.Haypocos textos tan eróticos escritos en español.Como poeta Lorca fue una definitiva influencia para la poesía cubana, quedespués del abandono modernista iniciaba una etapa de cierto populismo llamadoen el Caribe negrismo.Era una visión de las posibilidades poéticas del negro y susdialectos un poco ajena, enajenada.Exótica sería la palabra, sólo que exótico enCuba es un marino escandinavo, no un estibador de los muelles.Los mejorespoetas de esa generación, que tendrían la edad de Lorca, cultivaban el negrismocomo una moda amable y amena, otros eran como Al Jolsons de la poesía: blancoscon cara negra.El poema devenía así una suerte de betún.La breve visita de Lorcafue un huracán que venía no del Caribe sino de Granada.Su influencia se extendiópor todo el ámbito cubano.Esa clase de poesía estaba hecha para ser recitada, conla boca cantando coplas.Esa es una de las magias de la poesía (y de esa otra formade poesía, las letras de canciones) que exige a la vez la lectura silenciosa y elrecitado en voz alta y aun soporta la declamación.La poesía, entonces, es otramúsica, como quería Verlaine:  De la musique avant toute chose.Lorca en su Son de negros en Cuba musita una música exótica que se hace enseguidafamiliar. Iré a Santiago es efectivamente el estribillo de un son.Como en laObertura cubana de Gershwin, la música es familiar pero la armonía es exótica.Lorca llegó a La Habana por el muelle de la Machina.Hizo el viaje al revésde Crane: venía de las tinieblas a la luz, incluso al deslumbramiento poético.Eltiempo que vivió en Nueva York, aunque escribió allí La zapatera prodigiosa,pieza llena de sol andaluz, también compuso su tenebroso Poeta en Nueva York,que comienza con una premonición,  Asesinado por el cielo y termina con su Huida de Nueva York.Casi inmediatamente, en el libro y en la vida, el poetacompone su  Son de negros en Cuba , en que invoca como un sortilegio a la luna: Cuando llegue la luna llena/Iré a Santiago de Cuba.Su poema, que tiene laforma poética del son, brota aquí como una flor: natural, espontáneo yexcepcionalmente bello.El poeta huye de la civilización a la vida nativa,naturaleza exótica.Casi como Gauguin.Aunque me parece estar oyendo alShakespeare de La tempestad:125 G [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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