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.No intente romper eltrato antes de finalizar el mes.-¡Entregar cientos de miles de pesetas por céntimos! ¡A no ser que el dinero sea falso -pensé- estehombre está loco! De todos modos, es un negocio lucrativo y no hay que dejarlo escapar.-Está bien -le contesté-.Traiga el dinero.Por mi parte, pagaré, puntualmente.Y usted no me vengacon engaños.Traiga dinero bueno.Preparado por Patricio Barros 5 de junio de 2001 Matemática Recreativa Yakov I.Perelman-Puede estar tranquilo -me dijo-; espéreme mañana por la mañana.Sólo una cosa me preocupaba: que no viniera, que pudiera darse cuenta de lo ruinoso que era elnegocio que había emprendido.Bueno, ¡esperar un día, al fin y al cabo, no era mucho!Transcurrió aquel día.Por la mañana temprano del día siguiente, el desconocido que el rico habíaencontrado en el viaje llamó a la ventana.-¿Ha preparado usted el dinero? -dijo-.Yo he traído el mío.Efectivamente, una vez en la habitación, el extraño personaje empezó a sacar el dinero; dinerobueno, nada tenía de falso.Contó cien mil pesetas justas y dijo: -Aquí está lo mío, como habíamosconvenido.Ahora le toca a usted pagar.El rico puso sobre la mesa un céntimo de cobre y esperó receloso a ver si el huésped tomaría lamoneda o se arrepentiría, exigiendo que le devolviera el dinero.El visitante miró el céntimo, losopesó y se lo metió en el bolsillo.-Espéreme mañana a la misma hora.No se olvide de proveerse de dos céntimos -dijo, y se fue.El rico no daba crédito a su suerte: ¡Cien mil pesetas que le habían caído del cielo! Contó de nuevoel dinero y convencióse de que no era falso.Lo escondió y púsose a esperar la paga del díasiguiente.Por la noche le entraron dudas; ¿no se trataría de un ladrón que se fingía tonto para observar dóndeescondía el dinero y luego asaltar la casa acompañado de una cuadrilla de bandidos?Fig.6.2.El desconocido llamaEl rico cerró bien las puertas, estuvo mirando y escuchando atentamente por la ventana desde queanocheció, y tardó mucho en quedarse dormido.Por la mañana sonaron de nuevo golpes en lapuerta; era el desconocido que traía el dinero.Contó cien mil pesetas, recibió sus dos céntimos, semetió la moneda en el bolsillo y marchóse diciendo:-Para mañana prepare cuatro céntimos; no se olvideEl rico se puso de nuevo contento; las segundas cien mil pesetas, le habían salido también gratis.Yel huésped no parecía ser un ladrón: no miraba furtivamente, no observaba, no hacía más que pedirsus céntimos.¡Un extravagante! ¡Ojalá hubiera muchos así en el mundo para que las personasinteligentes vivieran bien.!El desconocido presentóse también el tercer día y las terceras cien mil pesetas pasaron a poder delrico a cambio de cuatro céntimos.Un día más, y de la misma manera llegaron las cuartas cien mil pesetas por ocho céntimos.Aparecieron las quintas cien mil pesetas por 16 céntimos.Luego las sextas, por 32 céntimos.Preparado por Patricio Barros 5 de junio de 2001 Matemática Recreativa Yakov I.PerelmanA los siete días de haber empezado el negocio, nuestro rico había cobrado ya setecientas milpesetas y pagado la nimiedadde: 1 céntimo + 2 céntimos + 4 céntimos + 8 céntimos + 16 céntimos + 32 céntimos + 64 céntimos= 1 peseta y 27 céntimos.Agradó esto al codicioso millonario, que sintió haber hecho el trato sólo para un mes.No podríarecibir más de tres millones.¡Si pudiera convencer al extravagante aquel de que prolongara el plazoaunque sólo fuera por quince días más! Pero temía que el otro se diera cuenta de que regalaba eldinero.El desconocido se presentaba puntualmente todas las mañanas con sus cien mil pesetas.El 8° díarecibió 1 peseta 28 céntimos; el 9°, 2 pesetas 56 céntimos; el 10°, 5 pesetas 12 céntimos; el 11°, 10pesetas 24 céntimos; el 12°0, 20 pesetas 48 céntimos; el 13°0, 40 pesetas 96 céntimos; el 14°, 81pesetas 92 céntimos.El rico pagaba a gusto estas cantidades; había cobrado ya un millón cuatrocientas mil pesetas ypagado al desconocido sólo unas 150 pesetas.51 [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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